Noticia bomba para cerrar el año en Brihuega. Según fuente
bien informada, las recientes excavaciones realizadas en el
entorno de la antigua parroquia de San Juan han aportado pruebas más que suficientes para demostrar que Mozart residió en el pueblo al menos durante uno
de los años de su vida.
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Estado actual de las excavaciones. |
De acuerdo a dicha fuente -muy cercana al ayuntamiento de Brihuega y que prefiere mantener el anonimato, por lo que la nombraremos solo como "Abelardo"-, en el transcurso de los trabajos de
adecentamiento de la plaza de San Juan, se descubrió bajo el primitivo suelo del templo el Secretum secretorum: el espacio subterráneo de las iglesias de la época donde se conservaba la documentación más
importante de la parroquia.
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El Secretum secretorum. |
Entre los papeles allí encontrados hay un
abultado legajo en el que bajo el título Mozartiana se
recogen importantes documentos sobre la estancia de Mozart en la villa de Brihuega por motivos de estudios. Dichos estudios formarían parte de su tesis doctoral, requisito imprescindible en la época para dirigir en Viena, y tendrían como objeto principal la vida y la obra de Sebastián Durón, el insigne músico briocense.
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El Secretum secretorum con una mayor perspectiva. |
De acuerdo a las explicaciones del
musicólogo italiano Carletto Aliquetti, Mozart llegaría a Brihuega
en torno al mes de octubre del año 1774. Las recomendaciones que
traía desde Viena hubieron de facilitarle el acceso a los
desciendentes directos de Durón, quienes mantendrían casa en
la villa entre otras razones para atender adecuadamente la capilla
instituida por Sebastián y en la que aparte de conservarse el único
retrato conocido del músico se rendía culto a la Virgen de la
Zarza.
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Vista del solar, con el Secretum secretorum al fondo. |
Con dichos descendientes se estableció
y parece ser, según los legajos mencionados, que estudió a fondo
los archivos, tanto civiles como eclesiásticos, en
busca de documentación sobre su adorado Durón.
En el tiempo de su estancia, como era de esperar,
colaboró con los organistas de la localidad, ayudándoles en sus
obligaciones musicales ordinarias y componiendo incluso un concierto, del que solo ha sido posible encontrar alguna referencia
aislada. Parece ser que dicho concierto respondía al título de
Cristian Blut (“sangre cristiana”) y pudo haber sido compuesto en honor de san Esteban, primer mártir de la Iglesia Católica, quien derramó su sangre por su fe. Sin embargo el título en su traducción
al español fue corrompido hasta devenir en un más que inquietante
Sangre taureana, que ha
llevado a algunos musicólogos como el afamado investigador ruso
Pyotr Rojov a sugerir una lejana relación entre dicho concierto y el
pasodoble Sangre Torera, relación reforzada por la triada mayor
invertida con que da comienzo el pasodoble, de clara influencia
neoclásica y, más en concreto, vienesa.
Sin
ánimo de agotar las informaciones hasta ahora disponibles, y a la
espera de la publicación de un libro por parte del mundialmente
conocido arqueólogo Sonntag Joseph von Haffen en que se recojan
todos los detalles de las excavaciones, vaya una anécdota más. Bien
sabida era la afición al tapeo del músico vienés, y en Brihuega ha
quedado prueba de la misma: su firma sobre una
de las tinajas conservadas en las cuevas de Marión, bajo una dedicatoria en la que se alude a las cualidades del chorizo picante como acompañante de un buen chato de vino tinto.
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La firma de Mozart tal como se encuentra en la tinaja (cortesía de Hnos. Gutiérrez) |
Para finalizar, resaltemos la importancia de las investigaciones desarrolladas por Mozart para el conocimiento de la vida y la obra de nuestro paisano, Sebastián Durón, importancia que se puede apreciar releyendo la semblanza publicada hace unos años por la Fundación March y a la que se puede acceder pinchando en la imagen con que se cierra esta entrada:
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